Me pareció interesante la descripcion que hace el supuesto hacker de las elecciones en México en el 2012. Incluso se atreve a decir que es el mayor trabajo de hacking social que se ha realizado en Latinoamerica.
A lo largo de mi vida laboral como Ingeniero en Computación y después como Abogado especializado en temas de tecnología, he visto que las personas que presumen y gritan a los cuatro vientos su trabajo y sus logros como grandes hackers y como grandes tumbadores de servidores a nivel mundial, no son más que personas que se allegan a los mucho de herramientas básicas de hacking y no merecen tomarlas en cuenta. Quizá este es el caso. Andrés Sepúlveda ya logró 15 minutos de fama.
En el reportaje saltan a la vista incongruencias tales como que entró a territorio mexicano con pasaporte falso y que solamente trabajó con un equipo de seis personas para lograr tumbar las preferencias de las personas en Redes Sociales. Como bien dice Federico Arreola en su columna suena a fanfarronería y mero padroteo para lograr notoriedad.
Hoara bien, dice el texto que «Cuando Peña Nieto ganó Sepúlveda comenzó a destruir evidencia. Perforó agujeros en memorias USB, discos duros y teléfonos móviles, calcinó sus circuitos en un microondas y luego los hizo pedazos con un martillo. Trituró documentos y los tiró por el excusado, junto con borrar servidores alquilados de forma anónima en Rusia y Ucrania mediante el uso de Bitcoins. Desbarataba la historia secreta de una de las campañas más sucias de Latinoamérica en los últimos años», esto es, no existe registro de ningún hackeo y todo quedó en su palabra, que dicen que sus hechos fueron hacer ganar al Presidente Peña Nieto. Palabras y más palabras.
Apunta Sepúlveda que su trabajo «… era hacer acciones de guerra sucia y operaciones psicológicas, propaganda negra, rumores, …», señores con eso no se gana una elección, sino con el voto, y ese se manipula o se permite en las mismas elecciones. Tomemos en cuenta el número de votantes con acceso a Internet, por lo que se prevé una masa muy corta.
En fin, creo firmente que esto es una tomada de pelo, y si no lo fuera, Jordan Robertson, Michael Riley, y Andrew Willis le acaba al Estado Mexicano nombre y nacionalidad de un violador de la Ley. Traiganlo a México para que pague las consecuencias de sus supuestos actos.
Foto: Internet