Sin precedentes resulta el ataque en un colegio privado, en el que fueron atacados una maestra y varios alumnos por un compañero de ellos.
La noticia se volvió viral inmediatamente, por ser un evento que creíamos alejado de nuestra sociedad, (pinches gringos locos) decían algunos cuando escuchamos en las noticias de un nuevo tiroteo en los Estados Unidos, sin saber que algún día sucedería de esa misma manera aquí en nuestro México.
La noticia principal ha sido desplazada, por la difusión en redes sociales y mensajeros personales de las fotografías y el video liberado de estos hechos; conducta que ha sido celebrada por algunos y repudiada por la mayoría.
El Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública debe de actuar de oficio, cuestión que no prevé actualmente la Ley bajo estas circunstancias, esto, para salvaguardar los datos personales de los fallecidos y de los alumnos que forman parte de este colegio, que puedan sentirse atacados en la violación de un Derecho Humano fundamental como lo es la Proteccíón de sus Datos Personales, en las fotografías y el video difundido.
Estas conductas de difusión de imágenes tan sensibles, debería de ser tipificado en el Código Penal Federal, ya que saltó de un sentimiento moral a uno considerado delictuoso por la violación en la Protección de la Privacidad y de los Datos Personales de los involucrados.
Internet y las Redes Sociales han sido de gran ayuda para el ser humano, pero también han servido para castigar emocional y psicológicamente a las personas que se allegan a este tipo de de imágenes, tan sensibles como para pensar en que estos hechos podrían estarnos pasando a nosotros en lo personal y no desearíamos ser víctimas del escarnio y del señalamiento social.
Si no deseamos como padres de familia, que se siga difundiendo y que se sigan viendo estos hechos lamentables como una conducta normal en la sociedad moderna, debemos de comenzar por evitar que nuestros menores hijos difundan y vean este tipo de material, para que alguno de ellos quiera o sueñe con repetir los hechos, cierto es que el menor tenía problemas psicológicos, pero ¿una pistola en la escuela?, ¿es en serio?.
Señalábamos a nuestros vecinos porque estos hechos se repiten constantemente en sus escuelas, pero no contábamos con que llegaría de forma funesta a nuestra sociedad. Pongamos orden a la difusión de las imágenes, la autoridad castigará a quien circuló las imágenes, nosotros evitemos como padres que sea solo un precedente de muchos otros, traigamos calma a nuestros jóvenes por lo menos en familia y por sus redes socieales, en nuestras manos está.